La política en la bola
de cristal
No caeré en la repetición de que las elecciones del domingo
pasado comprobaron que el APRA es la única fuerza política con real estructura
partidaria. Le faltan sí, como siempre ha sido, cuadros técnicos; hecho
reconocido por Alan García al celebrar su victoria. Sin embargo, el APRA no
tiene asegurada la elección de 2006, porque puede enredarse en la disparatada
regionalización departamental y porque no es imposible un frente con posiciones
más sensatas.
Veamos por lo tanto lo que nos decía la bola de cristal antes
de estas elecciones. No había que ser mago para leer el siguiente panorama a
futuro: Se perfilaban tres candidatos para el cambio del 2006. El APRA con Alan
García, la izquierda con Javier Diez Canseco y un centroderecha renovado (muy
distinto a la derecha plutocrática de antaño) encabezada por Valentín Paniagua.
Hoy, pasado el acto electoral, la bola de cristal repite lo
mismo, a pesar de las ciegas intentonas por destruir la tercera opción. No hay
cómo evitar que Alan García sea el candidato del APRA; el segundo sigue siendo
Javier Diez Canseco, si es que logra aglutinar a las izquierdas, que han
sorprendido en estas elecciones y que pueden crecer mucho más en el ambiente
de violencia social que vivimos; el tercero en disputa y con muchas posibilidades
de triunfo sigue siendo Valentín Paniagua, a pesar de la clamorosa incapacidad
del comando de campaña de AP (rechazar a Jaime Salinas y a Rafael Belaunde no
fue un error sino algo peor: una estupidez).
Contra este posible centroderecha ha reaccionado de inmediato
el afinadísimo político que es García aplicándole a AP un golpe al plexo, al
señalar la presencia destacadísima de Raúl Diez Canseco en el impopular
gobierno posibilista. (Raúl Diez Canseco no ha renunciado a AP y no deja de
lucirse en los homenajes a Fernando Belaunde). El otro golpe a un futuro frente
de Somos Perú, AP, el PPC y diversas instituciones de trayectoria conservadora
moderna, viene de Rey, Barba y otros pescadores a río revuelto, que seguirán
dedicados a descuartizar a Andrade, hombre clave de ese conglomerado social
cristiano que saldría frente a la social democracia aprista y a la izquierda.
Tres bloques ideológicos que le darían consistencia a la democracia peruana,
siempre que haya entre ellos un trato de adversarios y no de enemigos
irreconciliables, que es lo que hoy se da entre el gobierno y la oposición.
Claro que esta lectura de la bola de cristal puede variar si
se insiste en varias candidaturas de centro. En este caso la victoria de García
será segura, salvo que la izquierda logre aglutinarse bien y repita la hazaña
de Lula en Brasil.